Dos ecuatorianos crean prototipo de respirador artificial para ayudar en la emergencia por COVID-19 y piden colaboración de autoridades y empresas privadas
Dos ecuatorianos han creado un prototipo de respirador artificial con el fin de ayudar a enfrentar la pandemia de coronavirus COVID-19 en el país.
Francisco Astudillo y César Naranjo pasaron 48 horas creando un respirador con elementos sencillos, con el fin de que con el apoyo del Gobierno, la empresa privada y la ciudadanía se puedan fabricar para ayudar a tener más de estas máquinas que pueden salvar la vida de los enfermos que generan problemas respiratorios graves.
Esto podría ser de gran ayuda, ya que se ha visto en otros países que sufren grandes brotes de coronavirus que muchos contagiados han muerto por falta de respiradores ante la gran cantidad de personas que los necesitan.
Naranjo comenta que su objetivo es buscar la ayuda para comenzar a producir en cantidades grandes este respirador artesanal y publicar los planos para que se puedan replicar en todo el país.
Astudillo comenta que ahora necesitan que la empresa privada comience a aportar y colaborar con el gobierno, que no puede parar por polémicas para enfrentar la pandemia.
Astudillo agrega que el ministro de Salud, Juan Carlos Zevallos, ya los contactó y tenían previsto reunirse este jueves con especialistas del hospital Eugenio Espejo para analizar el prototipo con médicos y ver si necesitaría alguna mejora o ajuste.
Tras pasar esta etapa dicen que pedirían el apoyo de la politécnica y Espe, entre otros centros politécnicos, para publicar los planos y se repliquen estas máquinas en varias ciudades del país, para que sean un paliativo, especialmente para ciudades pequeñas como Yaguachi, Milagro o Salcedo, donde en algún momento lo pueden necesitar.
Tras un análisis, ambos creen que inicialmente necesitarían un galpón de al menos unos 600 metros para ubicar en él grupos de trabajo que estén separados por unos 10 metros para evitar cualquier contagio. Luego necesitarían el importante apoyo de la empresa privada para obtener los recursos materiales que por el momento no se pueden obtener porque los almacenes están cerrados.
También creen que pueden ayudar a fabricar materiales como jabón y gel desinfectante para entregar al granel a médicos y hospitales. Además de buscar el apoyo de costureras para fabricar batas y mascarillas.
«Es una guerra y hay que pelear. Si nos quedamos en la casa acostados va a morir todo el mundo. Es mejor pelear», dice Astudillo, quien cree que con unos 20 o 50 mil dólares podrían poner todo en marcha.
La producción de la máquina es económica en comparación a un respirador que puede costar unos 20 mil dólares.
Trabajando en turnos de 24 horas se podrían hacer 100 máquinas semanales.
Su objetivo es armar un equipo con técnicos de todo el país y que las autoridades y la empresa privada puedan proveerlos de trajes especiales y los recursos necesarios.
Naranjo y Astudillo son desarrolladores de máquinas y han trabajado juntos desde hace muchos años. (I)
Fuente: El Universo