Detrás de las protestas
Walter Spurrier Baquerizo (columnista)
En sus inicios fue en Ecuador: Lenin Moreno elevó el precio del combustible en Octubre 1, y la Conaie adelantó el levantamiento previsto para octubre 12, aniversario del descubrimiento de América preludio de la Conquista.
Lo que parecía un problema ecuatoriano se regó por la región; lo acontecido en Ecuador, incluso la inédita violencia en Quito, quedó minimizado por lo sucedido en otros países. Evo Morales tuvo que refugiarse en México, Piñera se encuentra muy debilitado tras más de un mes de violencia. Duque enfrenta manifestaciones que no cesan. Lenin Moreno conservó la presidencia, lo que no pudieron Bucaram, Mahuad ni Gutiérrez.
Antes se dieron y por parte de muchedumbres mayores, marchas en Venezuela, pero allá las fuerzas armadas y los sicarios de Maduro disparan a matar. Se busca explicar esta ola de protestas: la Cepal responde que es la desigualdad, y tiene eco.
La desigualdad en América Latina es muy marcada y constituye un gran problema. Pero estimamos no es lo que causa las protestas de hoy. La desigualdad existe desde la colonia, y en algunos países se ha reducido, entre otros, en Chile donde paradójicamente las protestas son particularmente masivas.
Al fondo, lo que hay es que nuestras sociedades no se han trazado una ruta para hacer crecer sus economías, complejizarlas y mejorar el nivel de vida de sus ciudadanos. Vivimos al vaivén de las “commodities” que exportamos: petróleo, cobre, soya, hierro, lo que sea. Estos tienen ciclos, nuestras economías crecen cuando los precios están altos, se estancan cuando bajan. Este año la economía regional crecerá 0,1%, prevé la Cepal. El contexto es que durante la bonanza de la primera década del siglo, crecieron las expectativas de la población; con la caída de precios y estancamiento, disminuyen las oportunidades de mejorar el nivel de vida, la población se frustra, en particular los jóvenes.
Chile tuvo un envidiable crecimiento económico entre 1984 y 2013, en base al aprovechamiento de sus ventajas comparativas, pero esa estrategia se está agotando y el crecimiento se desacelera. El contraste entre presente y pasado reciente es mayor que en otros países, lo que explicaría la mayor virulencia del reclamo ciudadano.
Los países asiáticos se desarrollaron por vía de la economía de mercado: vinieron de atrás, y nos sobrepasaron. Chile fue el primer país de la región en optar por esa estrategia (lo secundó Perú), y ahora las protestas son contra el modelo económico que les permitió prosperar. En Colombia, se atribuye la violencia a la política de apertura, no muy distinta a la que se pretende implementar en Ecuador.
Protestamos contra el estancamiento, pero también contra la vía conocida para superarlo. Estamos en un callejón, al que hay que encontrarle una salida.(O)
Tomado de diario El Comercio Ec.