Una América Latina donde las mujeres progresan

Una América Latina donde las mujeres progresan
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Carmen Correa (columnista)

Una América Latina donde las mujeres progresan, ¿es posible? Sí, absolutamente. Mi experiencia con mujeres y emprendedoras de la región lo confirma. Pero requiere mucho trabajo y sinergia, principalmente alinear las metas y los objetivos de las organizaciones que trabajamos por la equidad de género.

No nos podemos quedar atrás, debemos avanzar con la agenda global que busca asegurar la prosperidad para todas y todos. Estos principios mundiales se recogen en los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Analizaré cuatro de ellos, fundamentales desde la experiencia de Pro Mujer, nuestra organización que busca empoderar a mujeres y niñas.

Erradicar la pobreza

De acuerdo al informe Panorama Social de América Latina 2018 de la Cepal, el número de personas viviendo en la pobreza llegó a 184 millones (30,2% de la población), de los cuales 62 millones se encuentran en la extrema pobreza (10,2% de la población, el porcentaje más alto desde 2008). No son datos alentadores. La tasa de pobreza sigue siendo alta. En 2018, las economías de América Latina y el Caribe se beneficiaron de una actividad mundial todavía sólida, pero para 2019 y 2020 el organismo proyecta una desaceleración moderada para la región.

A este panorama desalentador se suma una reciente investigación conjunta de la Comisión Económica para América Latina y la FAO, que identificó a unos 2.000 municipios, en 14 países de la región, donde viven más de 40 millones de personas en condiciones de pobreza extrema e inseguridad alimentaria.

Pro Mujer se enfoca en romper con el círculo de la pobreza a través de diversas herramientas que empoderan a la mujer. Por casi tres décadas, ha atendido a mujeres de bajos ingresos de la región brindándoles el empuje económico, que luego ellas misma transforman para bienestar propio y el de sus comunidades. Hablamos de servicios financieros que logran la independencia financiera y promueven el empoderamiento. Si bien hoy la organización presta servicios a alrededor de 300.000 mujeres en seis países de la región, incluyendo recientemente Guatemala, necesita ampliar su huella y llegar a millones de mujeres más. Para lograrlo, Pro Mujer construye una «ventanilla única» para el empoderamiento de las mujeres, que se centra en proporcionar no solo las herramientas necesarias para ser una emprendedora exitosa o ingresar a la fuerza de trabajo formal, sino también el acceso a servicios que van desde la conectividad a internet, a la prevención de la violencia de género, entre otros.

Salud y bienestar

Decidir entre realizarse un chequeo médico o comprar un poco de comida para la familia es muy común en la región, y particularmente la mujer tomará la decisión de proveer a su familia, en vez de acudir a un médico. Esta realidad la sustenta los datos de la Organización Panamericana de la Salud, cuando precisa que aproximadamente el 30% de la población en Latinoamérica no tiene acceso a servicios médicos y el 21% no busca atención médica debido a barreras geográficas o económicas.

Ante este desafortunado panorama y con más de 9 millones de intervenciones en salud, Pro Mujer se centra en la integración de herramientas digitales, la mejora de la gestión de datos y el aumento de su alcance, principalmente, en servicios relacionados con la salud preventiva, la violencia de género y la planificación familiar.

Igualdad de género

Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), las mujeres además de tener menor tasa de participación en el mercado laboral constituyen la mitad de los desempleados en América Latina y el Caribe, al llegar a 12,7 millones de los 25,5 millones de personas en esa situación. La brecha de género se ensancha particularmente durante la edad reproductiva. Pero existen más barreras de entrada para las mujeres y las niñas, incluidos los costos y la cobertura de la red, la falta de seguridad y la alfabetización digital. Esto ha dejado a las mujeres de los países en desarrollo con un 25% menos de probabilidades de usar servicios digitales en comparación con los hombres. Asimismo, hemos de pensar que estamos en una región donde solo el 49% de las mujeres tiene una cuenta bancaria, cuando en países con altos ingresos ese porcentaje es del 94%.

La experiencia de Pro Mujer en la región le permite contar con datos únicos, recopilados durante años, que son fundamentales para desarrollar servicios y productos adecuados para las mujeres. Diseñar productos adaptados a sus necesidades debe ser de acuerdo con un estudio reciente de CAF – Banco de Desarrollo de América Latina, uno de los focos de política pública en la región.

Trabajo decente y crecimiento económico

El aumento de la participación de la mujer en la fuerza de trabajo se destaca como uno de los motores subutilizados del crecimiento económico. La brecha salarial de género se encuentra en un 19% en América Latina, lo que reprime aún más el desarrollo económico.

Si todos los países de la región igualaran el avance hacia la paridad de género, esto podría generar un adicional de US$1,1 billones del PIB para 2025, 14% más de lo que se puede lograr con las tasas de progreso actuales. Y si las mujeres latinoamericanas participaran plenamente en la economía, de manera idéntica a sus contrapartes masculino, el impulso potencial total al PIB podría ser de US$ 2,6 billones, o un 34% adicional del PIB.

Debemos abordar este problema de manera más recurrente y hacerlo visible en eventos mundiales donde líderes importantes y tomadores de decisiones en conjunto con las organizaciones que trabajan estos temas busquemos soluciones reales.

Tomado de América Economía

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