¿Ley aprobada?

¿Ley aprobada?
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Pablo Lucio Paredes (columnista)

Estos días veremos si se modifica, archiva o pasa por ministerio de la ley la propuesta del Gobierno que abarca cientos de artículos y decenas de temas (son irresponsables ese tipo de leyes). Lo más importante:

Código Monetario. La independencia del Banco Central frente a los poderes privados y públicos, aunque la propuesta no es muy buena: el presidente nombra a los miembros de la Junta que duran al menos seis años, pero otro presidente puede cambiarlos por una serie de causales. Esencial: blindar que una parte de nuestros depósitos bancarios guardados por prudencia en el Banco Central no puedan ser tomados por el Gobierno (como se hizo durante casi diez años).

En el Código de Finanzas Públicas, una serie de límites y restricciones para los excesos de gasto del Gobierno. Muy buena intención, aunque hay que pasar a la práctica de eliminar gastos improductivos lo que se puede hacer con o sin ley… y desgraciadamente se puede también no hacerlo.

La Reforma Tributaria. Posiblemente lo más importante para el Gobierno es el impuesto temporal (por tres años) a las empresas que le podría generar entre 300 y 400 millones anuales. Es sensato para el Gobierno, y sin duda las empresas deben aportar lo suyo, pero no es tan sensato si no hay contraparte como la eliminación de costos burocráticos (se proponen pequeñas eliminaciones) y sobre todo la reforma laboral. Asimismo hay algunas ventajas para las empresas (incluyendo la importante eliminación del anticipo de impuesto a la renta y la simplificación impositiva para bananeros), pero como contraparte también hay costos adicionales (ejemplo, eliminación de deducciones y un ISD no deducible).

Adicional: el pago, que va de un 2 % al 8 % según las circunstancias, para declarar y transparentar ingresos y/o patrimonio en el exterior que no están en las declaraciones patrimoniales o tributarias. Se ha hecho en otros países, y es un paso previo a los controles muy amplios que se aplicarán desde 2020, porque arrancan cruces de información muy profundos con el mundo. Antes de esos controles “se da una oportunidad” (¡gracias!) para los contribuyentes de ponerse al día. Puede o no gustar, pero por ahí va el mundo… sin embargo, tal como está planteado preocupa, por un lado que no hay ninguna exigencia relativa al origen de fondos, lo cual podría ayudar a lavar toda la corrupción de la última década, u otros dineros ocultos incluyendo narcos, y por otro lado, se permite que esos capitales puedan volver a salir al cabo de un año sin ISD (es demasiado sencillo e inaceptable que eso pueda suceder: traigo durante un año, no explico nada, invierto y al cabo de un año los retorno afuera pero ya “santificados”)… ¿O sí hay esos mecanismos de control del origen de fondos y yo estoy equivocado?

Paralelamente siguen (¿realmente siguen?) las discusiones sobre el subsidio a los combustibles (hay 700 millones previstos en la proforma 2020, lo cual equivale a la gasolina extra y algo más… ¿será ese el escenario?) y sobre la reforma laboral (indispensable)… ¿Le queda energía y espacio político al Gobierno? (O)

Tomado de diario El Comercio Ec.

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