La maquila no despega en Ecuador por el alto costo para producir
Los envíos al exterior de productos derivados de las seis operaciones de maquila aprobadas de forma oficial en Ecuador suman $ 39 millones al año. “Su peso no llega ni al 0,3% del total de las (divisas por) exportaciones”, según Dannylo Subía, subsecretario de Promoción del Ministerio de Producción y Comercio Exterior.
La maquila se define como “el proceso industrial destinado a la elaboración, perfeccionamiento, transformación o reparación de bienes de procedencia extranjera importados bajo el Régimen de Admisión Temporal Especial, para su reexportación posterior”.
Las operaciones registradas fabrican prendas, medicinas, alarmas, café soluble, aceites vegetales y de crudo de palma.
Pero lo exportado bajo maquila indicado no contempla lo que envían las empresas que fabrican con el denominado régimen de admisión temporal para perfeccionamiento activo. Este consiste en importar la materia prima para exportarla ya transformada.
Los sectores atunero y cafetalero evidencian la cara positiva y negativa de la práctica de importar para exportar.
La industria del atún procesa 500.000 toneladas (t) cada año de dos maneras, una con lomos precocidos que se envían para que sean envasados y etiquetados en los países de destino y el que va envasado en conservas ya sea en lata, vidrio o pouch.
La flota nacional captura un promedio de 260.000 t por lo que hay un déficit que llega casi al 50%. De ahí que se importa la pesca de barcos extranjeros que llegan a los puertos del país para desembarcar su captura y venderla. Esto se facilita porque el recurso es migratorio entonces los pescadores vienen a los puertos pesqueros ecuatorianos en busca de las procesadoras.
Pero no se puede comprar a naves de cualquier nación, dice Bruno Leone, presidente de la Cámara Nacional de Pesquería. Por ejemplo, para obtener las exenciones arancelarias del acuerdo comercial con la Unión Europea se necesita la certificación de origen que lo da la bandera (del barco), por lo que “ese otro pescado que viene por maquila o de la internación temporal de naves asiáticas no califica y esa materia prima se procesa y va a otros mercados como América del Sur o EE.UU.”, agrega Leone.
Así se tuviera el financiamiento para aumentar las capturas con más barcos, el tema no es tan fácil ya que Ecuador debe cumplir regulaciones para la sostenibilidad del recurso.
En el océano Pacífico Oriental, donde pesca la flota nacional, el límite global de capacidad (lo máximo que pueden llevar los barcos con atún) es de 293.000 metros cúbicos por año de los que actualmente se emplean 265.000 que implican unas 590.000 t, explica Guillermo Morán, director del proyecto de mejoramiento pesquero atunero Tunacons.
La importación de materia prima para exportarla procesada, dice Morán, es positiva porque así se atienden mercados exigentes como los europeos y sudamericanos y hay más divisas.
En 2018, las ventas de atún alcanzaron casi $1.200 millones. Solo los lomos precocidos dejaron divisas por $ 273 millones. Este es un producto cuya marca (etiqueta) se coloca en el país de destino como el atún Campagnela, en Argentina.
Mónica Maldonado, directora de la Cámara Ecuatoriana de Industriales y Procesadores Atuneros, no habla de maquila sino de un proceso de transformación de esa materia prima importada principalmente de las flotas centroamericanas.
El Código Orgánico de la Producción, Comercio e Inversiones del 2010 eliminó una serie de beneficios en el tratamiento aduanero y tributario que tenía la Ley de Régimen de Maquila y Contratación Laboral a Tiempo Parcial, según la presidenta de la Cámara de Industrias de Guayaquil, Caterina Costa. Entonces parte de la actividad se ampara hoy en el régimen de admisión temporal.
(En la maquila) “hay una gran movilidad, pues las empresas se van mudando a donde les ofrezcan mayores beneficios y garantías. Hay a quienes les parece negativo el régimen laboral bajo el cual trabajan las maquiladoras, porque sus trabajadores tienen menos beneficios que en las otras actividades. Sin embargo, esta es una oportunidad de generar trabajo y atraer inversión extranjera que se queda en el país en forma de capital y sueldos”, asegura.
Una de las actividades con maquila aprobada es la elaboración de café soluble. Pero contrario al ejemplo del atún, ni los beneficios del régimen de admisión temporal, que exonera del pago del impuesto a la salida de divisas e implica la devolución del impuesto al valor agregado, han apuntalado a la industria cafetalera nacional.
Askley Delgado, expresidente de la Asociación Nacional de Exportadores de Café, dice que al grano hay que importarlo desde el país a naciones lejanas como Vietnam e Indonesia.
En 1994 se exportaron $ 411 millones de café tanto en grano, con 2,5 millones de sacos de 60 kg cada uno, y soluble (industrializado). “Este añola producción nacional de café no llegará ni a 200.000 sacos y las exportaciones serán de unos $ 70 millones”, asegura Delgado.
La industria cafetalera nacional enfrenta la escasez de materia prima local para procesar. Foto: Archivo
La importación de café en grano por procesar este año alcanzará unos 600.000 sacos, agrega, pese a que dos plantas están paradas de las cuatro que hay. La importación empezó en el 2004 ante la baja productividad de los cafetales locales. En el tipo arábigo se cosechan hasta seis quintales (qq) por hectárea (ha) y en robusta hasta 8 qq. “En Vietnam se produce 80 qq por ha”, dice Delgado.
El café soluble para el consumo local enfrenta mayores problemas ya que la importación del grano para fabricarlo si paga un arancel del 15%, acota.
El analista económico Alberto Acosta Burneo asegura que el tema de fondo es que producir en Ecuador es costoso y eso desalienta la inversión en fábricas de maquila. “Hay un esquema de trámites complejo, ser formal es costoso. Por el lado laboral hay normas muy inflexibles, en términos reales en este momento el salario mínimo del país es el más alto de la región, eso hace que sea menos atractivo invertir en maquila cuando se lo puede hacer en otros países con sueldos más bajos”.
La clave de la maquila, agrega, es centrar la ganancia en la venta del volumen producido y eso no se logra por el alto costo para fabricar. “No se gana mucho por cada unidad sino que el negocio está en hacer una gran cantidad de productos”, dice.
El atún y el café son dos ejemplos de la complejidad del comercio exterior.
Fuente El Universo