El Presidente y las serpientes

El Presidente y las serpientes
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José Ayala Lasso (comentarista)

En la reciente cita de los jefes de estado de los países miembros del Pacto Amazónico convocada para afrontar la situación creada por los incontrolables incendios en la región, el Presidente Moreno recordó que había nacido en la Amazonía, en la que durante su infancia jugaba con serpientes sin recibir daño alguno -como afirmó que lo hacían los niños de la Grecia Clásica- y concluyó obsequiando a sus colegas una canción cuya letra tradujo del catalán, “para que todos la entendieran”.

Criticar la conducta presidencial por estas banalidades podría parecer injustificado o, por lo menos, desproporcionado. ¡Hay tantos temas sustantivos y de fondo con respecto a los cuales el Presidente recibe frecuentes y bien fundamentadas críticas! Pero no es así. Un jefe de estado no puede tratar asuntos importantes y graves con ánimo lúdico, o ingenua espontaneidad. ¡Su palabra da nacimiento a compromisos que asume a nombre de su gobierno y su pueblo y debe en consecuencia, ser pronunciada con seriedad, claridad, sobriedad y sapiencia! Quien aspira a ejercer altas magistraturas debe estar preparado para el efecto y, además, movido por la voluntad de actualizar sus conocimientos nutriéndolos con la sabiduría de la experiencia. La más exigente auto crítica será su mejor guía. Pero, como nadie domina todas las ciencias y las técnicas, el magistrado que es consciente de sus limitaciones las compensará con el consejo de los que conocen la materia. Un jefe de estado que improvise y pretenda convencer con argumentos pueriles puede caer en el ridículo y hasta suscitar mofa o disimulada crítica. En tal caso, el pueblo se siente ofendido por el proceder de quien debe representarlo con altura y seriedad.

Es lamentable que el presidente Moreno haya asistido a una conferencia cumbre y que, en el contexto de una tragedia de interés planetario, haya usado un lenguaje familiar, informal e inapropiado, aunque hubiera querido mantenerse en el plano anecdótico. La pedagogía que se desprende al aludir a sus peligrosos juegos infantiles no parece ser la más prudente, como tampoco convence su alusión a los niños griegos o al jefe Sioux. Y menos coronar el argumento con la frívola interpretación de un canto traducido del catalán. La erudición y el buen humor son buenos en sí pero, mal usados, pueden morder más venenosamente que las serpientes.

El Presidente Moreno asistirá a la Asamblea General de las Naciones Unidas y presentará el punto de vista del Ecuador sobre los más importantes temas de la agenda mundial: las amenazas a la paz, el trágico problema migratorio, el cambio climático, la protección internacional de los derechos humanos, Venezuela, el terrorismo, temas que exigen un tratamiento de fondo y forma acordes con su universal trascendencia y complejidad. ¡Qué no vaya a cantar!

Tomado de diario El Comercio

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