El aborto
Elizabeth Benites Estupiñán (columnista)
Hoy en día se cometen abortos en todo el mundo, al respecto debaten millones de personas en pro y en contra en materia de legislación. Este problema es muy delicado, sobre todo cuando la mujer ha sido violada dentro o fuera de su hogar, sintiendo el abuso, maltrato y deshonra de su intimidad, lo que conlleva a un estado de depresión, ansiedad, y más cuando ocurre en edades tempranas. Con medidas drásticas legales se encierra al culpable por el daño que afectó la parte física y psicológica de la mujer agraviada y más si trae consigo un embarazo no deseado.
Muchas mujeres que han sido violadas recurren al aborto y terminación de su embarazo. Pero no todas las que se practican el aborto han sufrido violencia, lo hacen por problemas económicos, vergüenza familiar e ignorancia educativa.
El aborto puede ser de dos tipos: el espontáneo, en el que el feto y la placenta son expulsados por causas involuntarias –no entra ni en el juicio legal ni ético –, y el inducido, que resulta de maniobras practicadas deliberadamente con la intención de interrumpir el embarazo poniendo en peligro la vida de la madre. Los inducidos pueden ser: terapéutico, cuando peligra la vida de la madre, ya supeditado por el avance de la medicina actual; eugenésico, se suprime el embarazo con el fin de evitar la venida al mundo de una descendencia cargada con graves defectos físicos y psicológicos, como las malformaciones y síndromes, así como retrasos mentales o tendencia a enfermedades mortales; por motivos sociales, cuando la situación económica de la madre se ve agravada por el nacimiento de nuevos hijos con argumentos como el costo de la vida, falta de vivienda y oportunidades laborales u otros. Esto nos hace pensar que el aborto no ha sido un derecho sino un privilegio de las clases sociales medias y altas que se practican con todas las medidas de bioseguridad; pero en los niveles bajos se realizan en condiciones sanitarias deplorables con un costo de vida no muy alentador y de riesgo para la mujer.
Desde el punto de vista legal, el aborto es la interrupción del embarazo en cualquier época de la gestación; y a nivel obstétrico, es la interrupción del embarazo antes de que el producto sea viable, es decir, capaz de vivir fuera de la cavidad uterina en forma independiente. Por este motivo, con base en la justicia y derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, la Asamblea Nacional del Ecuador en la reforma al Código de la Salud debe analizar el tema del aborto de acuerdo con los principios fundamentales de ética, filosofía, religión, educación, psicología y social de las mujeres que han sido ultrajadas o violadas y que presentan un embarazo no deseado. Pero no permitir un aborto sin justificativo en las mujeres que deseen una terminación inducida asesinando a un ser que tiene vida en sus entrañas.
“Cuando las mujeres tengan el respeto sexual y la flexibilidad laboral que necesitan, ya no buscarán como sustituto la sangrienta injusticia del aborto” Frederica Mathewes-verde.
Tomado de Diario El Universo