Bolsonaro: delincuentes deben morir "como cucarachas"
Tan sólo un día después de presentar sus condolencias por las matanzas de El Paso y Dayton en Estados Unidos, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, volvió a defender en una entrevista que la población pueda comprar y portar armas con la misma facilidad que en EE.UU.
De hecho, una de las primeras cosas que hizo nada más llegar a la presidencia el pasado enero fue flexibilizar la ley para permitir la posesión de armas de fuego fuera de casa.
Esta promesa de campaña forma parte de un paquete más amplio y controversial que incluye la reforma del Código Penal.
El cambio en la ley busca proteger de ser enjuiciados a los policías y militares que, alegando defensa propia, maten a un presunto delincuente o a alguien en respuesta a una amenaza.
Conocida como «excluyente de ilícito», esta ley también estaría destinada a aquellos ciudadanos que se sientan amenazados y que se defiendan de un asalto.
En 2003, el Estatuto de Desarme impulsado por la administración de Lula da Silva restringió el acceso de civiles a armas.
Las cucarachas
«Ese [criminal] tiene que entender que si invade una propiedad privada va a sufrir las consecuencias», dijo el presidente.
Con su retórica más cruda, el político de extrema derecha aseguró que con la puesta en marcha de esta reforma, que aún tiene que aprobarse en el Senado, los criminales «morirán en la calle como cucarachas».
«Desde el momento en el que esté protegido por la ‘excluyente de ilícito’ y esté defendiendo mi vida y la de otros así como mis propiedades o las de otros, los ratios de violencia caerán drásticamente», dijo.
Bolsonaro, un excapitán del ejército, sostiene que las armas pueden ser parte de la solución a la escalada de crímenes violentos de Brasil.
Según datos oficiales, solo en 2017 se produjeron 65.602 asesinatos.
Al igual que muchos defensores de los derechos de armas en los Estados Unidos, argumenta que un ciudadano armado podría detener a un tirador durante un ataque.
Pero la presión para que la policía y los militares actúen de forma más contundente contra los delitos violentos en su país ha levantado muchas críticas en los sectores más vulnerables de la población.
La presencia de las fuerzas armadas en los barrios más pobres a menudo genera temor.
Con frecuencia los habitantes de las favelas se ven sometidos a detenciones arbitrarias, violencia policial y están expuestos a los enfrentamientos a tiros entre las bandas criminales y la policía o incluso entre bandas rivales de narcotraficantes.
Antes de dedicarse a la política, Bolsonaro sirvió en el ejército de Brasil, donde fue paracaidista y alcanzó el rango de capitán.
Sus vínculos con las fuerzas armadas siguen siendo fuertes.
La principal bandera de la campaña de Bolsonaro, junto con la de la lucha contra la corrupción, fue la de acabar con la delincuencia.