¿Bocanada de aire?

¿Bocanada de aire?
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Mauricio Pozo Crespo (columnista)

La reunión entre el presidente Lenín Moreno y su similar de Estados Unidos Donald Trump es un evento importante y favorable para el Ecuador.

Las sinergias entre ambos países son múltiples y el aporte de la economía norteamericana para el Ecuador es significativo. Para el caso nuestro no solo que es el principal socio comercial y uno de los mayores aportantes de liquidez para la economía, sino que alberga a más de 2 millones de compatriotas y es el emisor de la moneda que usamos, la que tiene confianza de la gran mayoría de ecuatorianos. El Ecuador para la economía estadounidense es marginal, esa economía para el Ecuador es fuerte y representativa. Estrechar lazos con ese país es sumamente importante. En 2003 el ex presidente Lucio Gutiérrez se reunió con el ex presidente George W. Bush y se pudo avanzar a un ritmo adecuado hacia un acuerdo comercial, convenio que en esa época tenía como referencia los acuerdos de EE.UU. con Colombia y Perú, donde el alcance no solo se limitaba al ámbito comercial sino a aspectos de propiedad intelectual, servicios financieros, tributarios, ambientales, entre otros. Es decir, se trataba de un convenio de amplia cobertura e integralidad. Ahora se conoce que el convenio se sustentaría en los acuerdos de ese país con México y Canadá. Habrá que analizar las diferencias con Ecuador y buscar la mejor alternativa.

La cita lograda podría repercutir positivamente en temas de apoyo a la seguridad nacional, a materia educativa y, sin duda, al respaldo de EE.UU. en los directorios del FMI, Banco Mundial y BID, multilaterales que lideran el acuerdo vigente con Ecuador.

Los efectos reales de esta reunión tendrán que verse en el transcurso de los siguientes meses y dependerá de la eficiencia en la preparación de información, el intercambio de la misma, la conformación de mesas de trabajo, etc. Sin embargo, un elemento esencial es la convicción política del gobierno ecuatoriano para arribar al acuerdo y la real disposición de Estados Unidos para cerrar el convenio.

La otra cara de la moneda es la situación económica interna caracterizada por una seria debilidad fiscal, la falta de la liquidez presupuestaria y la fragilidad política para adoptar reformas económicas y empujar proyectos de ley como el financiero y laboral que deberán ser enviados a la Asamblea Nacional en los próximos meses, pues son parte del Acuerdo con el FMI. La coyuntura internacional de la reducción del precio del petróleo, la menor demanda de exportaciones ecuatorianas como resultado de la también menor actividad económica mundial asociada al problema de salud en la China, el elevado riesgo país del Ecuador, la crisis argentina, entre otros aspectos, conspiran con la bocanada de aire de la reunión con el presidente de Estados Unidos. Junto al coletazo de un año electoral, es incierto el escenario.

Tomado de diario El Comercio Ec.

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