Biden se hunde y Sanders gana las primarias de Nuevo Hampshire

Biden se hunde y Sanders gana las primarias de Nuevo Hampshire
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Washington (Reuters).- Los colegios electorales seguían abiertos pero Joe Biden se encontraba ya a más de 1.500 kilómetros de distancia de Nuevo Hampshire. El ex-vicepresidente, favorito a nivel nacional desde que anunció su candidatura, tomó distancia y decidió pasar página horas antes de que el recuento de votos en las primarias de este pequeño estado del noreste del país le confirmara lo que anticipaban las encuestas: que el descalabro de Iowa no había sido un accidente. Ha terminado quinto, por detrás de Bernie Sanders, Pete Buttigieg, Amy Klobuchar y Elizabeth Warren.

Biden ha seguido los resultados desde Carolina del Sur, que votará a finales de febrero y donde necesita refrendar en votos el teórico apoyo de los afroamericanos a su candidatura. Son, en su opinión, «los electores más comprometidos». En Columbia, capital de este estado sureño, más diverso racialmente que los muy blancos Iowa y New Hampshire, ha garantizado a sus fieles que «esto no ha acabado». Pero Joe Biden queda muy tocado. Aunque esta madrugada se repartían tan solo 24 delegados de los alrededor de 4.000 que elegirán al rival de Donald Trump, no ha sumado ni uno. Aunque quizá la peor noticia para él es que ahora tiene dos moderados por delante. Y para el sector moderado del partido, que sus votantes no tienen todavía un candidato claro. Música celestial para el ex-alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, que no entrará en competición hasta el primer martes de marzo, en el conocido como «supermartes», que reparte el 34% de los delegados.

Quienes sí parecen tenerlo claro son los demócratas del ala más progresista. Iowa y New Hampshire han demostrado que entre Bernie Sanders y Elizabeth Warren, los electores apuestan por el «original». Al igual que Biden, Warren no ha conseguido ni un solo delegado y se ha quedado lejos en votos de los tres primeros puestos. Bernie Sanders, que ya ganó en Nuevo Hampshire con claridad en 2016 a Hillary Clinton, ha repetido esta madrugada. Se ha dejado decenas de miles de votos por el camino, pero entonces la competición fue cosa de dos y anoche hasta cinco demócratas creían tener opciones reales de hacerse con un trozo de la tarta.

El mayor se lo ha quedado Sanders, pero la senadora Amy Klobuchar se ha llevado quizá la mejor parte. No solo adelanta a Joe Biden, sino que logra desviar parte de la atención que había obtenido el ex-alcalde Pete Buttigieg. El candidato más joven salió de Iowa como la gran esperanza moderada y se va de New Hampshire certificando el apoyo del electorado blanco. Nevada y Carolina del Sur, próximas citas de las primarias y donde el voto latino y afroamericano empezará a tener peso, determinarán sus opciones reales.

La cita de Nuevo Hampshire estaba marcada en rojo para algunos de los candidatos con menos opciones. Si no ha despejado el camino hacia la nominación, al menos ha servido para reducir el denso tráfico de aspirantes. Pocos minutos después del cierre de los colegios electorales, el empresario Andrew Yang, anunciaba su despedida. «Soy un hombre de matemáticas y los números dicen que no voy a ganar». Yang, que hizo girar su campaña en torno a la idea de una renta básica universal de 1.000 dólares para cada ciudadano adulto, logró arrastrar con él a una insuficiente pero entusiasta base de votantes que se hacen llamar los Yang Gang (la pandilla de Yang). Mayor, eso sí, que la del senador Michael Bennet, que desde los multitudinarios debates televisados del pasado verano no había vuelto a asomar la cabeza y esta madrugada ha arrojado la toalla.

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