¡A salvar la dolarización!

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Juan Esteban Guarderas (columnista)

Aquí van algunas hipótesis mías. Sé que son osadas, pero las considero altamente probables. Yo creo que Correa desistió de su nueva reelección y su perpetuación en el poder porque se le acabó el dinero. Él no podría gobernar más como adolescente con tarjeta de crédito. Entonces, el tan valiente, el tan excelso economista, ¿se enfrentó a la escasez y se adaptó a la nueva realidad? No, se largó.

También creo que la gran diferencia entre la Venezuela de Maduro y el Ecuador de Correa fue la dolarización (eso y la incapacidad de este último de corromper la totalidad de las fuerzas armadas). ¿Se imaginan a Correa con una impresora de billetes? ¿Su impulsividad, su deleite por el derroche y una cantidad ilimitada de billetes? Cuando escuchaba sus peroratas en contra del dólar, yo entendía que realmente se quejaba de no poder imprimirlo. No me sorprende la inflación absurda de Venezuela; solo posible si uno emite billetes como si fuera papel higiénico.

Hay una analogía que no podemos perder de vista, el terremoto del 16 de abril de 2016. ¿Recuerdan cómo la recuperación económica y reconstrucción fue el tema clave? Hasta nos cobraron un impuesto adicional por ello (claro que luego se desvió, a corrupción y obras con sobreprecios en otras partes del país). El covid-19 es otra catástrofe natural, pero los impactos económicos serán peores, mucho peores. Y, no pensar en la recuperación económica y la reconstrucción sería una irresponsabilidad.

Este martes el diario español El Mundo, reportaba cómo el vicepresidente español, Pablo Iglesias, estaba dejando flotar la idea de un corralito bancario. Tamaña locura, pero no por imposible sino por irresponsable. Efectivamente, ante el tamaño salvaje de la reducción de dinero en las arcas fiscales no se me escapa que haya gobiernos que intenten destruir el sistema financiero y usar nuestra plata como caja chica.

¿Saben que terror tengo? Que en otro país a algún gobernador iluminado se le ocurra hacer un corralito y que la gente retire sus ahorros, precipitando una crisis financiera. Bastaría un solo, un solo país que haga eso, y el efecto dominó sería las piedras tras los palos de la crisis sanitaria.

Al revés, la recuperación y reconstrucción va a necesitar de crédito. Todo el mundo, de las pequeñas empresas a las grandes, hasta los hogares. El sistema financiero va a necesitar un apoyo inequívoco. No por su supervivencia, por la nuestra.

Boris Mantilla está poniendo la atención en el lugar correcto. Los liderazgos más relevantes de la sociedad civil deben enfocarse en cómo mantener la dolarización, al tiempo que se fortalece el sistema financiero y se evita el peor escenario posible. Una convocatoria para un trabajo en conjunto no es solo relevante, es vital.

Tomado de diario El Comercio Ec.

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