Una es más que dos
Por: Walter Spurrier Baquerizo
Los poderes del Estado y el público en general suelen considerar que, para fomentar una actividad económica, hay que crear un banco especializado en esa actividad: Banco de la Vivienda, Banco de Fomento para la agricultura, Corporación Financiera para la industria, Banco del Estado para los gobiernos seccionales, así sucesivamente. Guillermo Lasso, que algo de banca sabe, piensa lo contrario, y mediante decreto fusionó a BanEcuador, exBanco de Fomento, con la CFN para conformar al Banco de Fomento Económico, que operará como tal desde enero 1.
LA CFN se fundó para promover grandes proyectos productivos en la época en que el Ecuador estaba al margen del mundo financiero internacional. Quizá su mayor triunfo fue el Hotel Colón, obra monumental en la franciscana y pre petrolera Quito de 1968. La empresa era de capital abierto; se buscaba dinamizar el naciente mercado de valores.
Desde mediados de los setenta los empresarios nacionales tienen fácil acceso al crédito internacional, conseguido con menos trámite que el de la CFN, por lo que gradualmente perdió vigencia. Extendió créditos de dudosa viabilidad a empresarios entroncados, a lo que se suma las ocasionales administraciones corruptas. Hoy CFN tiene una cartera improductiva de USD 480 millones; BanEcuador de USD 256 millones. Entre ambas instituciones estatales tienen tanta cartera improductiva como todos los bancos privados juntos.
Son los pequeños y medianos quienes no tienen mayor acceso a la banca privada y menos aún al crédito externo. Es a ellos a quienes se dirigirá el crédito del nuevo banco. Los pequeños requieren menos capital para crear una plaza de trabajo, por lo que dinamizar las pequeñas empresas contribuye a recuperar el empleo, una meta harto ambiciosa que se ha autoimpuesto el gobierno.
De aquí a fines de año la CFN y BanEcuador tienen la tarea de sanear sus carteras para que la nueva institución nazca fuerte, poderosa y sea más de lo que fueron sus dos constituyentes por separado.
Tomado de diario El Comercio