Un nuevo ciclo comienza para Chile con la toma de posesión de Gabriel Boric
El presidente electo de Chile, Gabriel Boric, de 36 años, y sus ministros asumirán sus funciones este viernes 11 de marzo en un evento organizado en el Congreso Nacional de Valparaíso, abriendo así una nueva etapa en la historia de este país. El inicio del mandato de Boric estará marcado por la reescritura de la Constitución y por la aspiración de hacer de Chile un país con un fuerte Estado de bienestar.
Un ascenso a la presidencia aureolado por la historia. Este viernes, después de tres meses de transición, el nuevo presidente de izquierda, Gabriel Boric, se instalará en el Palacio de la Moneda para tomar las riendas de la nación, poniendo fin al Gobierno del derechista Sebastián Piñera, marcado por masivas revueltas populares.
Con la elección de Boric, se ha alcanzado un punto de inflexión en la historia de Chile, pero los retos a los que se enfrentará el joven presidente siguen siendo enormes.
La salud y la educación públicas, la reforma del sistema de pensiones, la cobertura sanitaria universal, el aumento del salario mínimo, son unos de los proyectos de cambios anunciados por la coalición victoriosa que llevó a Boric al poder. Estos planes de gran envergadura corren sin embargo el riesgo de verse temperados por una economía no tan dinámica como en 2021.
Tras un crecimiento de alrededor del 11,5% el año pasado, se prevé que el producto interior bruto (PIB) crezca solo 2% en 2022.
Gabriel Boric había advertido a los chilenos que acudieron a escuchar su discurso tras su victoria del pasado 19 de diciembre, que «no se podrá hacer todo al mismo tiempo», contrastando entonces con el tono más proactivo que había utilizado durante su campaña.
Además, las grandes promesas de Boric aún no se han traducido en propuestas más concretas. Es el caso, por ejemplo, de la reforma de las pensiones, cuyo funcionamiento aún no está claro.
Un Gobierno de tendencia de centro izquierda y con el mayor número de mujeres
En enero, el exlíder estudiantil dio a conocer su gabinete que incluye una nueva generación de jóvenes políticos de izquierdas, pero también a políticos con mayor experiencia.
El presidente electo dio la prioridad a personalidades de centroizquierda, demostrando así su deseo de pactar con el Congreso, donde no tiene mayoría.
Su gabinete articula las diferentes sensibilidades de su coalición electoral: desde el Partido Comunista hasta el centro izquierda, pero tiene también como objetivo tranquilizar a los mercados.
De hecho, el nombramiento de Mario Marcel, de 62 años, expresidente del Banco Central, a la cabeza del Ministerio de Finanzas ha contribuido en gran medida a aliviar el mundo financiero y empresarial.
La primera gran tarea de Mario Marcel será la esperada y temida al mismo tiempo, reforma de los impuestos, que el nuevo presidente pretende aumentar hasta el 5% del PIB; antes de poder introducir sus reformas sociales, que pesarán sobre las finanzas del Estado.
Por otro lado, de los 24 ministros que conforman el Gabinete de Boric, 14 son mujeres.
En el marco de una conmemoración del día de la mujer, Boric comentó la semana pasada que le “gustaría hablar a los hombres, no solamente a los más viejos, sino que a todos los hombres que guardamos de manera también un poco inevitable el machismo en el que fuimos formados”, asegurando que su Administración será feminista.
La paridad del Gobierno con el que iniciará el mandato de Boric no es sólo simbólica.
Se han nombrado mujeres para ministerios estratégicos, el más importante de los cuales es el de Interior, y que estará dirigido por Izkia Siches, de 36 años.
La nueva ministra confirmó a finales de febrero la decisión de «no renovar el estado de excepción», que implica una presencia militar, en el sur de Chile, una zona donde los indígenas Mapuche luchan por la restitución de sus tierras ancestrales.
Otra de las crisis que presionan al ministerio de Siches se desarrolla en el norte del país, con cientos de venezolanos precarios cruzando regularmente la frontera, mientras que Boric prometió en su programa un sistema de regularización para los migrantes.
Un diálogo esencial con el Congreso y la redacción de una nueva Constitución
Para llevar a cabo su programa e introducir rápidamente los nuevos derechos sociales que prometió a sus votantes, el presidente no podrá avanzar con manos libres y tendrá que dialogar con el Congreso donde serán necesarias las alianzas y compromisos con una fuerte oposición de derecha.
Finalmente, este inicio de mandato se inscribe en el marco de otra asamblea: la Constituyente, que está actualmente redactando la nueva ley fundamental del país. El texto deberá someterse a un referéndum en septiembre, un voto obligatorio para todos los chilenos.
El destino de Boric está fuertemente ligado al de la nueva Constitución. En pleno estallido social, durante las multitudinarias movilizaciones sociales de 2019, fue uno de los que propuso la organización de un referéndum sobre la reescritura del actual texto heredado de la dictadura de Augusto Pinochet
La Asamblea Constituyente elegida en mayo de 2021, mayoritariamente de izquierda, hace eco a las promesas del nuevo presidente de introducir importantes cambios sociales.
Entre las directivas ya adoptadas figura la de «Estado plurinacional», que marca un reconocimiento formal de las poblaciones indígenas y de su sistema jurídico.
La Asamblea Constituyente contempla también la descentralización del Estado, con más autonomía para las regiones.
Un eventual rechazo de este texto en septiembre podría obstaculizar el avance de las políticas del Gobierno. Pero su aprobación no facilitará tampoco una implementación que podría ser compleja y que aún no ha sido claramente definida.
Fuente: France 24