Trump presenta un plan de paz para Oriente Medio a la medida de Israel

Trump presenta un plan de paz para Oriente Medio a la medida de Israel
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Washington.- El enviado de Barack Obama a las negociaciones entre palestinos e israelíes anticipó el lunes que el «acuerdo del siglo» de Donald Trump para resolver la confrontación entre Israel y Palestina «es una farsa de principio a fin». Una vez conocido su contenido es, además de un plan de parte, el mayor regalo electoral de Trump al primer ministro israelí Benjamin Netanyahu de los muchos que ya le ha hecho en los últimos tres años. Un proyecto que, de materializarse, sería lo más cerca que el sionismo ha estado de culminar su gran sueño de soberanía sobre la Palestina histórica. Sobre el papel se habla de la creación de dos estados, pero en realidad certifica la defunción de una idea que muchos advierten hace tiempo es ya irrealizable sobre el terreno.

En el «plan de paz» de Trump, que parece diseñado en Tel Aviv, Jerusalén «permanecerá como la capital indivisible de Israel». Un asunto central del conflicto durante décadas y que el estadounidense se atrevió a afirmar que no le había supuesto «gran cosa» incorporarlo a su propuesta. «De hecho, ya lo había hecho por vosotros», argumentó. Además, el plan concede a Israel la soberanía sobre todos los asentamientos judíos en territorio palestino y se la otorga, «por razones de seguridad», sobre el Valle del Jordán, uno de los territorios más fértiles de Cisjordania y 30 % del territorio cisjordano. Aduce las mismas razones para que las aguas territoriales sigan bajo su control, dejando al futuro Estado de Palestina sin el dominio de las que bañan Gaza. Además, Trump deja fuera de su hoja de ruta la resolución de la situación de los refugiados palestinos.

La única aparente concesión israelí es que durante cuatro años congelará la construcción de asentamientos en los territorios que conformarían el futuro Estado de Palestina. No obstante, Netanyahu simplemente se comprometió a «mantener el statu quo» en esos territorios durante los cuatro años de marco para unas teóricas negociaciones. Es el tiempo que tienen los palestinos para cumplir con su parte del plan si pretenden crear su propio Estado. Para ello, están obligados a desarmar a Hamás y otras milicias, que Gaza quede bajo el control de la Autoridad Nacional Palestina y el reconocimiento de Israel como «Estado judío», entre otros puntos. Este último es, según Netanyahu, la «raíz principal» del conflicto desde 1948.

El futuro territorio palestino tendría la capital en Al-Quds, el nombre árabe de Jerusalén. Sin embargo, la capital no estaría localizada allí, sino en algún lugar «al este y norte de la barrera de seguridad existente», en referencia al muro que Israel comenzó a construir en el año 2000. Eso sí, los palestinos son libres de llamarla Al-Quds si así lo desean. Es decir, la ciudad de Jerusalén, incluidos los lugares santos, quedaría dentro de Israel y mantendrían el actual statu quo.

Benjamin Netanyahu calificó de «histórica» la propuesta del presidente estadounidense, a quien se refirió en varias ocasiones simplemente como Donald. En opinión de Netanyahu, el plan equivale en importancia al reconocimiento de Harry Truman del Estado de Israel en 1948. Si aquel fue el primer líder mundial en reconocerlo, Trump «es el primer líder mundial en reconocer la soberanía israelí» de parte de los territorios ocupados.

Fuente: Reuters

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