¡Audacia de los jueces!
Mauricio Gándara Gallegos (columnista)
Los ecuatorianos hemos dejado de estar regidos por una Constitución; no sabemos qué derechos y qué deberes estarán vigentes el día de mañana. Los jueces constitucionales de mayoría, con una audacia increíble, han asumido el poder absoluto, totalitario, de decidir qué normas constitucionales son válidas. Arrogándose funciones legislativas, bajo el disfraz de interpretación, han modificado el artículo 67 de la Constitución, que establece que el matrimonio es la unión entre un hombre y una mujer, para hacerlo extensivo a la unión entre personas del mismo sexo. Lo han hecho aceptando como obligante para el Ecuador una simple absolución de la Corte Interamericana de Derechos Humanos de una consulta de Costa Rica. (La Corte, no la Comisión, como por un lapsus calami constó en artículo anterior). Han modificado la Constitución prescindiendo del trámite por ella establecida para su reforma. Y todo esto lo hacen a nombre de los derechos humanos. Los que deseen reformar la Constitución son libres de hacerlo, siguiendo el trámite respectivo, Como algunos de estos jueces han actuado como abogados en casos similares, habría que investigar si esta interpretación los ha beneficiado personalmente. Con el mismo sistema de interpretación podrían establecer que también las parejas del mismo sexo pueden adoptar, afectando así, de manera gravísima, derechos de terceros: los de los niños; podría entrar, luego, en el campo político, como ha sucedido y está sucediendo en los países de la ALBA, cuyos gobernantes se hacen reelegir, indefinidamente, reclamando su derecho humano a ser elegidos, en contra de expresas disposiciones constitucionales que lo prohíben. Las cortes sumisas de sus países les han reconocido su derecho humano a ser candidatos, contra la prohibición constitucional. Mañana, la Corte Constitucional del Ecuador podría declarar el derecho humano de Correa a ser candidato a la Presidencia. Hemos visto, recientemente, al señor Almagro, secretario de la OEA, caracterizado por su dura lucha contra los países de la ALBA, apoyando y reconociendo a Evo Morales en su intento de hacerse reelegir nuevamente. Una claudicación de Almagro para contar con el voto de Bolivia para su reelección como secretario de la OEA.
El Ecuador marcha a pasos acelerados hacia la anarquía. Contra la voluntad de la inmensa mayoría del pueblo fueron electos, con mísera votación, los vocales del Consejo de Participación Ciudadana, que dan todos los días muestras de su impreparación; no sé quién es más extravagante, si su presidente o quienes lo eligieron. Su presidente dice que él no habla con los ciudadanos –a los que se supone representa– sino solo con el presidente de la República.
Para preservar la paz, apaciguar los ánimos, que ya se están caldeando, el presidente de la República debería encontrar una solución para estos dos problemas y no se ve otra que la de una consulta popular, para que en ella, en un ambiente de tolerancia y respeto mutuo, los ciudadanos expresen su voluntad. La consulta sobre lo del matrimonio debería ser solamente sobre si la Corte Constitucional pudo o no modificar el artículo 67 de la Constitución mediante su interpretación. No estamos discutiendo derechos humanos, que todos son respetables.
Tomado de Diario El Universo